ARIMA CELEBRA CASI UNA DÉCADA EN PONZANO Y REIVINDICA “VOLVER A LO NUESTRO”
ARIMA celebra casi una década como icono de Ponzano y vuelve con una nueva etapa liderada por Nagore Irazuegi.
Una propuesta más flexible y cercana, con la misma esencia vasca de siempre y un relato que reivindica lo auténtico.
Tradición, carácter y oficio en una casa que resiste y se renueva sin perder el alma.
El menú de 7 pases por 55 € marca el pulso de esta nueva etapa: cocina honesta, producto de temporada y sabor de fondo.
ARIMA vuelve a lo suyo: comer bien, a gusto y sin presión, en el sitio de siempre.
Una casa que invita a disfrutar en cualquier momento: picoteo en barra, menú degustación o carta, según lo que apetezca.
El sabor y ambiente de siempre, ahora con más opciones para gastar lo que uno quiera y volver cuando quiera.
En un barrio como Ponzano, donde lo nuevo se impone a diario, cumplir casi diez años es mucho más que una cifra: es una declaración de principios. Desde su apertura en 2016, ARIMA se ha consolidado como uno de los iconos gastronómicos de la zona, defendiendo una cocina vasca auténtica, el producto de temporada y el calor de una barra siempre viva.
Ahora, el proyecto liderado por Nagore Irazuegi y su equipo: Sergio González, el encargado del restaurante, que lleva en el proyecto casi desde su apertura. Sergio es el alma de ARIMA: recibe, acoge y es un rostro familiar para todos los habituales. En sala, Diego Rendijo, sensible y hospitalario, conoce la casa a la perfección y forma junto a Sergio un tándem que transmite la personalidad y el espíritu de ARIMA en cada servicio. En cocina, el equipo está liderado por Diego Hernán como jefe de cocina, acompañado por Morice y Jorge, quienes, como él, suman cerca de ocho años en el restaurante y son piezas clave en su trayectoria. Y por supuesto de la mano de su socio y pareja Rodrigo García, inicia una nueva etapa con el lema “Volver a lo nuestro”, que no es solo una consigna, sino una forma de estar en el mundo. ARIMA recupera su esencia en una versión más madura y accesible, reafirmándose como casa de comidas moderna, con una propuesta pensada para volver, repetir y disfrutar sin presiones.
“En un momento tan convulso en la ciudad, con aperturas y cierres constantes, creo que es más importante que nunca cuidar los proyectos que resisten. Esos que, con cariño y entrega, han sabido crear historia y memoria en Madrid a lo largo del tiempo” remarca Nagore.
EL SABOR DE SIEMPRE, AHORA EN UN MENÚ POR 55 €
Uno de los ejes de esta nueva etapa es el menú degustación de 7 pases, disponible por 55 €, que condensa lo mejor de la cocina de ARIMA con platos como la emblemática Gilda Joxefa, la croqueta de Stilton, y un cierre dulce con pastel vasco, entre otros. Un menú honesto, servido a mesa completa, que apuesta por el producto y que podrá ir variando en función de la temporada.
MENÚ
Aperitivo de la Casa
Gilda Joxefa
Coppa Joselito
Croqueta Stilton
Alcachofas confitadas – cambiará en función de la temporada
Chipirones en su tinta
Callos o Carrilleras
Pastel Vasco
Bebida no incluida
LA BARRA: SENCILLEZ CON FONDO
La barra de ARIMA, uno de sus sellos más reconocibles desde el inicio, sigue siendo el corazón del proyecto. En ella se ofrece una selección de elaboraciones con apariencia más sencilla, pero con la misma profundidad de sabor y alma que el menú de sala. Algunas son compartidas con la carta del restaurante, otras son exclusivas de este espacio más informal y espontáneo.
Entre las propuestas que se pueden disfrutar en barra destacan la Gilda tradicional, el matrimonio de anchoa y boquerón con tomate seco, las croquetas de queso Stilton, las flautas de cecina de wagyu, la coppa ibérica sobre pan cristal, el tartar de vaca vieja sobre tosta de centeno, las gambas Orly al estilo Paco Bueno, el brioche de pastrami casero, las rabas de txipirón con alioli cítrico, el sorprendente taco azul de oreja, o la merluza frita con yema curada y espelette, entre otras.
Una carta pensada para picar, compartir y dejarse llevar, que no renuncia a la exigencia técnica ni al sabor de fondo. Comer bien, con libertad y sin protocolos.
LA CARTA DE SALA: COCINA VASCA BIEN HECHA, SEGÚN EL APETITO DEL DÍA
Para quienes prefieren una experiencia más amplia y a medida, la carta de ARIMA ofrece una selección de platos con raíces vascas y elaboraciones tradicionales, pensadas para disfrutar con calma y según lo que a uno le apetezca. Desde pescados y carnes de primera calidad hasta verduras de temporada y propuestas clásicas ejecutadas con oficio.
Entre los imprescindibles figuran los chipirones en su tinta con panes fritos, la merluza “a Eneko” en tempura con fondo de piquillos, el rape asado con refrito de ajo y guindilla o las almejas en salsa verde. En el terreno de las carnes, destacan los callos con chorizo picante y chips caseras, las carrilleras ibéricas guisadas, el lomo bajo de vaca vieja asado o el tartar de vaca con yema curada y jalapeño.
Una carta que permite disfrutar de una comida completa por un ticket medio de entre 50 y 70 €, o subir un peldaño si se quiere convertir la visita en un festín gastronómico. Comer bien sin pretensiones, con libertad para elegir cuánto y cómo.
NAGORE IRAZUEGI, EL ALMA DEL PROYECTO
Desde el primer día, al frente de ARIMA está Nagore Irazuegi, emprendedora donostiarra y figura imprescindible de la gastronomía madrileña. Empresaria con fuerte vocación hostelera, comenzó su andadura profesional muy joven: con 21 años ya gestionaba su primer local, y antes de los 25 abría un restaurante en los Alpes suizos. En 2016 llegó a Madrid con una idea clara: reivindicar los sabores de su tierra en un formato cercano, donde comer bien y sentirse como en casa fueran inseparables.
Hoy, casi una década después, Nagore retoma con energía renovada la dirección de su proyecto más personal. Madre, empresaria y anfitriona nata, lidera esta nueva etapa convencida de que la autenticidad y la coherencia son más valiosas que cualquier tendencia pasajera. Su manera de entender el oficio —desde la sala, el equipo y el trato al cliente— es el corazón de una casa que ha sabido resistir, evolucionar y seguir siendo relevante.
Nagore representa un perfil único en la hostelería: firme y sensible, con una mezcla de raíces vascas y espíritu madrileño. Su enfoque combina tradición culinaria, hospitalidad cálida y una ambición empresarial que nunca pierde de vista lo esencial: hacer sentir bien a quienes cruzan la puerta de ARIMA.
Este nuevo momento llega acompañado de pequeños pero significativos cambios: una nueva decoración, mayor calidez en sala y un enfoque que reivindica la tradición sin caer en la nostalgia. ARIMA no se reinventa, sino que revaloriza lo que ya es sólido: una propuesta con identidad, construida desde el oficio, la constancia y el cariño.
“Para mí lo más importante es que, al salir de ARIMA, la gente sienta que se lo ha pasado bien. Que recuerden el restaurante como un lugar de encuentro, acogedor y divertido, donde es fácil sentirse parte de algo. Me encanta cuando alguien llega solo y acaba compartiendo conversación y risas con otros. Eso es ARIMA: buena música, un ambiente que invita a quedarse y disfrutar sin prisas.” Comenta Nagore.
La comparación con Bascoat, su proyecto hermano, ayuda a entender esta evolución. Mientras Bascoat sigue una línea más experimental, ARIMA se consolida como ese lugar al que siempre se puede volver. Un restaurante sin pretensiones, pero con alma. Donde puedes gastarte lo que quieras.
ARIMA no es una moda. Es una casa que resiste. Y que, casi diez años después, vuelve con más fuerza que nunca.
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